No es que me asuste el estar sin ti, o tal vez sí, quizá solamente sea el pensar que ya nunca voy a colarme en tu habitación tropezando torpemente con aquella vieja mecedora que tanto me gustaba. No es que me muera por darte un abrazo, que lo reconozco, me muero, pero un abrazo de esos que hacen hasta daño y de esos que hasta sientes el pum púm del otro corazón. Recuerdo cuando me decías que te gustaría hacer un nido conmigo, y yo te decía que sí, pero sólo con la condición de que fuera un nido de unos agapornis bonitos de colores, porque nunca se separan y porque son los pájaros del amor, que si no, no valía. Recuerdo cuando te decía que tenía cada una de tus sonrisas guardadas en el cajón de las cosas importantes, y que si algún día dejabas de sonreír tiraría el cajón al fondo del mar, para que así los peces, los seres vivos más inexpresivos, pudieran iluminar con tus sonrisas todo el océano, y por lo menos tener un final feliz.
Ya sé que al final, ni hemos sido los pájaros del amor, ni mi cajón ha iluminado ningún océano con tus sonrisas, y tal vez esté cometiendo el mayor error de mi vida al pensar que te tengo más cerca cuando duermo cada noche con una de ellas, sin saber que realmente lo que me falta es valor para regalárselas a los peces, y aún así, capaz sería yo de ir cada noche a pescarlas en mi barquito de papel.
Me falta vida para olvidarte, y deberían haber escuelas donde enseñaran a olvidar, y también donde enseñaran a querer, porque ni se puede querer tanto como nosotros lo hicimos, ni se puede olvidar tan poco como yo lo hago. pepitagrilla ®
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Hola
ResponderEliminarte heconocido por Moon Rose, vaya que ilustraciones tan bonitas.
Esta es triste,comoel textoque acompaña pero aun asi tiene su belleza en su trasfondo.
Un beso
Naira
Muchas gracias Naira, me alegro que te guste, un besito!!
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