Una amistad no se mide por el tiempo que conoces a alguien, si no que son sus hechos y el paso de los años, los que te demuestran si verdaderamente se trata de amistad.
A veces una
persona que acabas de conocer te demuestra mucho más que alguien que lleva contigo
toda una vida, y es en ese preciso momento, en esa situación límite, en ese
bache de tu vida, cuando te toca recoger otra vez, los cimientos de lo que tú creías una sólida amistad y tirarlos a
la basura, que es en definitiva, donde deberían haber estado siempre, pero aún
así tú te quedas con lo mejor que has vivido con esa persona, con las risas,
con las juergas, con los buenos momentos, y con poco más.
Cuando somos
pequeños nos faltan dedos para contar a nuestros amigos, sin embargo ahora,
miro mis manos y lo que me sobran son amigos con los que pueda contar de
verdad.
Rodéate
siempre de gente que crea en ti, que te valore, que te mime y que te cuide, que
no atente contra tu integridad ni tu dignidad, que te quiera y que te respete,
que te haga reír, soñar y bailar, que te diga lo importante que eres en su
vida, que te emocione con solo mirarla...y si no es así, esa persona no merece
ni un segundo más de tu tiempo. La vida es muy bonita para estar enfadado con
ella, y ya es bastante negra como para que te lo estén recordando todos los
días las personas que tienes a tu alrededor y que no son capaces de ver mismos
colores que ves tú, ¿Si estamos en el mismo planeta, por qué concebimos las
cosas de diferente manera? Simplemente porque queremos. Nosotros mismos
alimentamos la percepción que queremos tener de la vida, y sin darnos cuenta
nos convertimos en una energía, tú eres quién decide transformarla en algo
positivo o en algo negativo.
Tienes que
ser fuerte, y quererte por encima de todas las cosas, eso es lo más importante,
si tú no te valoras, no lo va a hacer nadie, porque cuanto más seguros estemos
de nosotros mismos, menos serán las personas que puedan hacerte daño. pepitagrilla®